La efectividad de una política de descentralización depende de muchos factores y no puede ser concebida como una panacea para solventar los problemas de provisión de agua potable en todos los contextos.
La incapacidad de los gobiernos
centrales para atender con agilidad las demandas locales así como la crónica
insuficiencia de fondos para financiar las inversiones y mantenimiento de
infraestructura para la provisión de agua potable ha sido una de las
justificaciones utilizadas por el gobierno costarricense para iniciar un
proceso de descentralización en la gestión del agua para consumo humano. Sin
embargo, la efectividad de esta política depende de muchos factores y no puede
ser concebida como una panacea para solventar los problemas de provisión de
agua potable en todos los contextos.